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Metformina Rospaw

Metformina Rospaw

Metformina Rospaw 500
Metformina Clorhidrato 500mg
Metformina Rospaw 850 AP
Metformina Clorhidrato 850mg

Cada comprimido recubierto de 500 mg contiene:
Metformina clorhidrato 500.00mg; PVP K30 45.00mg; Almidón glicolato de sodio 30.00mg; Talco 10.00mg; Estearato de magnesio 14.00mg; Celulosa microcristalina PH 101 101.00mg; Hidroxipropilmetilcelulosa 15 cp. 15.00mg; Polietilenglicol 6000 2.50mg; Dióxido de titanio 7.50mg; Talco 5.00mg.

Cada comprimido recubierto de 850 mg AP contiene:
Metformina clorhidrato 850.00mg; PVP K30 35.00mg; Estearato de magnesio 10.00mg; Methocel K15 154.00mg; Dióxido de silicio coloidal 4.00mg; Celulosa microcristalina PH 101 66.00mg; Hidroxipropilmetilcelulosa 15 cp. 7.20mg; Polietilenglicol 6000 0.12mg; Dióxido de titanio 4.80mg; Talco 2.40mg.

Hipoglucemiante oral.

Como para otros antidiabéticos orales, no existe un esquema posológico rígido, por lo que la posología será establecida por el médico según el cuadro clínico y las determinaciones
de glucemia y glucosuria al inicio del tratamiento. Como orientación pueden seguirse las siguientes pautas:
METFORMINA TAURO 500: La dosis media es de 1 comprimido 3 a 4 veces por día durante las comidas. En algunos casos se puede elevar la dosis hasta 5 comprimidos o dis-
minuirla hasta 1 comprimido por día.
METFORMINA TAURO 850 AP: 1 a 3 comprimidos por día.
La dosis media recomendada es 2 comprimidos por día durante las comidas. Dosis máxima: 2,55 g/día.
Pasaje de otra terapia antidiabética oral a Metformina: generalmente no se necesita período de transición, excepto con clorpropamida con la cual debe tenerse precaución durante
las primeras semanas debido a la extensa retención de clorpropamida en el organismo, lo que puede ocasionar la suma de los efectos de ambas drogas y posible hipoglucemia.
Terapia simultánea con sulfonilureas: si no hay respuesta a la terapia solo con Metformina, debe considerarse incorporar gradualmente otra sulfonilurea oral mientras se continúa con
Metformina a dosis completa. Debe procurarse identificar la dosis mínima eficaz de ambas drogas para obtener la respuesta deseada. Si no responden en 1 a 3 meses en forma
satisfactoria a dosis completa de Metformina y otra sulfonilurea oral, debe considerarse suspender el tratamiento oral y pasar a la terapia con insulina.
Diabetes insulino dependiente tipo I: cuando la Metformina es utilizada en complemento de la insulino terapia, permite la reducción de las dosis de insulina y una mejor estabilización de la glucemia. Si la dosis de insulina es inferior a 40 U.I. la Metformina puede administrarse en su posología habitual. Se recomienda reducir la dosis de insulina de 2 a 4
U.I cada 2 días. Si la dosis de insulina es superior a 40 U.I por día, debe establecerse una estricta vigilancia del paciente, siendo recomendable en algunos casos la hospitalización
para hacer la asociación. La dosis de insulina será reducida el primer día entre un 30 al 50 %. Disminuciones progresivas ulteriores de insulina serán realizadas en base a los niveles
de glucemia.
Modo de administración: ingerir los comprimidos durante o después de las comidas.

Precauciones específicas de empleo: La acumulación de lactato es producto de un incremento en la producción de ácido láctico (hipoxia, trabajo muscular intensivo) o de un
enlentecimiento de su metabolismo. La Metformina, al disminuir el metabolismo del ácido láctico, principalmente la forma AP, puede provocar o agravar una acidosis láctica. La
diabetes, sobre todo cuando está mal controlada, la insuficiencia renal orgánica o funcional, la insuficiencia hepática, la diabetes juvenil, el alcohol, la cetosis y los estados que se acompañan de hipoxemia, son factores que predisponen a la acidosis láctica. Los factores y condiciones mencionadas deben ser buscados periódicamente en pacientes bajo tratamiento, particularmente en personas de más de 65 años, donde estas condiciones fisiopatológicas aparecen con mayor frecuencia. Es de destacar que los pacientes añosos pueden presentar cambios en la farmacocinética de la droga. (Ver Farmacocinética). En presencia de estos factores de riesgo, conviene suspender inmediatamente el tratamiento. Los estudios de acidosis láctica en pacientes bajo tratamiento con biguanidas muestran la influencia prepon-
derante de la insuficiencia renal en su génesis (incluyendo las insuficiencias renales funcionales provocadas por ciertos medicamentos: diuréticos, antibióticos, antihipertensivos o por ciertos exámenes diagnósticos como las urografías endovenosas). Se recomienda el dosaje de creatinina sérica antes del inicio del tratamiento y posteriormente en forma regular. No prescribir Metformina si la creatinina plasmática
sobrepasa 12 mg/l en mujeres y 15 mg/l en varones. El tratamiento con biguanidas debe ser suspendido 48 horas antes de la realización de estudios radiológicos con sustancias de contraste, tales como urografías endovenosas y angiografías y sólo podrá reinstaurarse después de dos días de realizado el estudio. Signos y síntomas premonitorios: decaimiento, náuseas, vómitos, diarrea, hiperventilación, dolores abdominales, astenia generalizada, calambres musculares.
El paciente debe ser instruído acerca de la importancia de la aparición de estos síntomas. Ante la aparición de uno o varios síntomas, o ante la sospecha de acidosis láctica, el
paciente debe suspender el tratamiento y consultar o dirigirse a un centro asistencial a la brevedad.
Interferencia con la capacidad cognitiva y motora: La atención de los conductores puede verse afectada debido a una hipoglucemia y los efectos que este estado tiene sobre
la vigilia y capacidad de reacción.
Precauciones de empleo: La utilización de este medicamento no libera del régimen hipoglucídico en todos los casos o hipoglucídico e hipocalórico en caso de sobrepeso. Los
controles bioquímicos deben ser hechos regularmente. Controlar la creatinina sérica cada 4-6 meses y más frecuentemente cuando se comienza el tratamiento diurético o antihipertensivo susceptible de producir una insuficiencia renal funcional. En caso de intervención quirúrgica u otras causas de descompensación diabética el uso de insulina está recomendado. Los pacientes diabéticos que consumen productos hiperglucemiantes tales como corticoides, tiazidas, y otros diuréticos y estroprogestágenos, pueden requerir aumento de la dosis de Metformina o asociación con sulfonilureas o insulina. La Metformina utilizada sola no provoca hipoglucemia, sin embargo este efecto puede presentarse si Metformina se asocia con sulfonilureas o insulina. Es recomenda-
ble realizar hemogramas anuales durante el tratamiento con Metformina y agregar vitamina B12 si fuera necesario.

Metformina está contraindicada en condiciones que aumentan el riesgo de acidosis láctica. La acidosis láctica puede presentarse al inicio del tratamiento o durante el uso prolongado del fármaco. Insuficiencia renal orgánica o funcional, aún si es moderada. (Creatinina >1,24 mg/dl o urea > 50 mg/dl o alteración del clearence de creatinina).
Insuficiencia hepática. Antecedentes de acidosis láctica.
Intoxicación alcohólica. Insuficiencia cardíaca, insuficiencia respiratoria y todas las afecciones cardiovasculares agudas o crónicas susceptibles de producir hipoxia tisular.
Tratamiento aislado de la diabetes insulino dependiente, en particular la diabetes juvenil. Complicaciones agudas de la diabetes (acidosis metabólica, infección o gangrena, coma).
En período pre y post quirúrgico. Embarazo. Hipersensibilidad conocida a la droga o algunos componentes de la formulación. Patología aguda que conlleva riesgo de alteración
de la función renal: deshidratación, vómitos, diarrea, fiebre, estados infecciosos y/o hipóxicos severos (shock, septicemia, infección urinaria, neumopatía).
Exploraciones con productos de contraste iodados: como regla general evitar en el paciente diabético. En caso de necesidad, inte-rrumpir la Metformina 48 horas antes y 48
horas después del estudio. Antecedentes de coma o precoma diabético. Diabetes insulino dependiente del niño.

Las más frecuentes son trastornos gastrointestinales como:
anorexia, náuseas, vómitos, diarrea, gusto metálico y dolor abdominal que pueden ocurrir en el 5 a 15% de los pacientes. Estos sobrevienen más frecuentemente cuando se inicia el tratamiento y en la mayoría de los casos remiten espontáneamente. Para prevenir, se recomienda administrar Metformina en forma progresiva, en dos tomas diarias durante o después de las comidas. La persistencia de los trastornos impone suspender el tratamiento. Raramente pueden presentarse: Urticaria. Anemia megaloblástica (debido a la absorción reducida de Vitamina B12), generalmente con el uso prolongado de Metformina. Por lo tanto se deberán realizar controles con hemogramas periódicos y dosajes de Vitamina B12 y ácido fólico. Hipoglucemia, (por el uso concomitante con otro antidiabético). Acidosis láctica.